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miércoles, 22 de mayo de 2013

CONSEJOS PARA EL MANEJO DE LA FIEBRE

Consejos para el manejo de la fiebre

Muchos padres temen a la fiebre. Con esta información , queremos mostrar que la fiebre se ha de ver como una “amiga”, pues ayuda a controlar las infecciones y sirve como “avisador” de que algo en nuestros hijos no va bien.

La fiebre es uno de los motivos más frecuentes de consulta urgente, si bien muchas veces obedece a cuadros de escasa importancia. Por tanto, procure no asustarse.

FIEBRE
  • Se habla de fiebre cuando la temperatura corporal está por encima de 38ºC. Cuando la temperatura oscila entre 37-38 ºC hay que hablar de febrícula o “décimas”.
  • Aunque el aumento de temperatura puede obedecer a muy diversos motivos (ejercicio físico fuerte, ambiente excesivamente caluroso, reacción vacunal, exceso de ropa), la causa más frecuente de fiebre son las infecciones.
  • Tener una infección no significa padecer una enfermedad grave, aunque algunas infecciones lo sean. Lo más frecuente en la infancia son las infecciones de carácter leve producidas por virus.

HACER UNA CORRECTA MEDICIÓN DE LA TEMPERATURA
  • No es suficiente con que usted sospeche que su hijo tiene fiebre. Debe comprobarlo midiendo la temperatura en la axila con un termómetro. No mida la temperatura de su hijo en la boca, el oído o el ano.
  • Hay muchos tipos de termómetro. Los más recomendables son los digitales.
  • Los termómetros digitales, si bien pueden descalibrarse, tienen la
    ventaja de que son rápidos, no contienen sustancias tóxicas, y su
    lectura es muy sencilla.
  • Los termómetros de mercurio son muy fiables y no se desajustan nunca, pero su principal problema es que el mercurio es una sustancia tóxica, que puede contactar con la piel si el termómetro
    se rompe. Para que estos termómetros marquen adecuadamente la temperatura de sus hijos, han de permanecer en la axila durante 3-5 minutos.



LO MÁS IMPORTANTE , ¿ QHACER CUANDO EL NIÑO TIENE FIEBRE ?
  • Mantenga la calma. Lo más probable es que la fiebre sea consecuencia a un proceso leve.
  • Ofrezca a su niño líquidos azucarados en pequeñas tomas frecuentes.
  • No le fuerce a comer. Cuando estamos malos, disminuye el apetito. Si le fuerza, puede que vomite.
  • Mantenga una temperatura ambiental agradable. No le abrigue en exceso. Es falso que haya que “sudar los catarros”.
  • Cuando tenemos fiebre, el pecho y la tripa se mantienen calientes, y las manos y los pies permanecen fríos, porque la sangre se redistribuye. Eso es lo habitual, y no tiene que preocuparle.
  • No establezca una pelea contra la fiebre.
  • La fiebre es una respuesta natural ante la presencia de infecciones. Recuerde que los gérmenes mueren si la temperatura de nuestro cuerpo aumenta. Por lo tanto, empeñarse en que nuestro hijo esté constantemente sin fiebre es contraproducente.
  • Hoy por hoy, se recomienda tratar la fiebre si ésta es superior a 38,5 ºC, si su hijo padece crisis febriles, si se acompaña de malestar general, si el niño tiene una enfermedad del corazón, del riñón o de los pulmones, o si está deshidratado.
  • Para tratar la fiebre, utilice los fármacos recomendados por su pediatra y a las dosis que éste le indique, respetando los intervalos entre las mismas. Si tiene dudas con respecto a éstos, no hace falta que acuda inmediatamente a un consultorio médico para que se lo indiquen. En el prospecto de cada fármaco viene reflejada la dosis aproximada por edad.
  • Puede optar por darle a su hijo un baño de agua templada (30-34º). No lo haga si le parece que a su hijo le resulta desagradable.
  • No le dé al niño friegas de alcohol, pues puede absorberse a través de la piel y llegar a causarle una intoxicación.
  • El niño con fiebre no tiene que estar necesariamente en la cama. Puede jugar y salir a la calle si le apetece.
  • Nunca hay que dar antibióticos sin consultarlo previamente con el pediatra. Su uso injustificado produce resistencia frente a algunas bacterias y hace más difícil el tratamiento.
  • Habitualmente se recomienda consultar con el pediatra entre las 48-72 horas de iniciado el proceso febril. Si no hay mejoría.

CUANDO ACUDIR AL CENTRO DE SALUD CON URGENCIA

ACUDA SI SU HIJO:
  • Está muy decaído.
  • Tiene mal estado general.
  • Está irritable.
  • Le han aparecido granos o manchas en la piel, en especial si tiene puntos rojos que no se blanquean si usted presiona la piel que las rodea.
  • Ha tenido una convulsión.
  • La temperatura axilar es superior a 40,5 ºC.
  • El niño se queja de dolor de cabeza y vomita.
  • El niño tiene alguna enfermedad crónica grave (cáncer, diabetes, cardiopatía, inmunodeficiencia).
  • Respira con dificultad.
  • Tiene menos de tres meses de edad.

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