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viernes, 4 de octubre de 2013

Resfriado Común , Catarro de vías altas , Nasofaringitis Aguda

Resfriado Común (nasofaringitis aguda)

¿Qué es?
Los resfriados (popularmente llamados catarros) son las infecciones más frecuentes en la infancia. Están causados por virus y afectan a las vías respiratorias superiores: nariz y garganta. Son procesos banales que curan sin ningún tratamiento específico.
Es muy habitual que durante el invierno, y los primeros años de escolarización, el niño puede padecer varios resfriados consecutivos que hacen que los padres tengan la falsa sensación de que "nunca se cura el catarro".
Es la consulta más frecuente al Pediatra.
 
Causas
El resfriado es un proceso infeccioso causado por virus. Existen unos 200 virus que pueden causar un catarro pero los más frecuentes se conocen con el nombre de rinovirus.
La infección se transmite de una persona infectada a otra sana por las secreciones respiratorias que se expulsan al aire mediante la tos o los estornudos. Está demostrado que las manos son un vehículo muy importante de transmisión de las infecciones respiratorias. En el caso de los niños esta transmisión se ve facilitada por los juguetes que comparten y chupan.
Los bebés y niños se resfrían tanto porque tienen quien les contagie: adultos con catarro y niños en la escuela. También es una manera de inmunizarse a los cientos de virus que causan las infecciones respiratorias: por esto son más frecuentes los catarros en los primeros años de escolarización.
Es falsa la creencia de que los niños se acatarran porque "cogen frío", es por el contacto con otros niños o adultos infectados.
Síntomas
Se caracteriza por obstrucción nasal (que puede dificultar la respiración), aumento de la mucosidad y tos. Puede estar acompañado de fiebre y malestar general. La presencia de fiebre es más frecuente cuánto más pequeño sea el niño.
En los días previos al resfriado el bebé puede estar molesto, comer menos o dormir peor (es lo que llamamos el periodo de incubación). Es frecuente que otros miembros de la familia o compañeros de colegio también presenten síntomas de catarro.
Cuándo hay fiebre, ésta no suele durar más de tres días y la mucosidad y obstrucción nasal desaparecen en una semana. Es frecuente que la tos sea el síntoma más molesto y puede tardar más en desaparecer: entre dos o tres semanas.
La mucosidad nasal también cambia con la evolución del catarro. En un principio es transparente, como agua y, progresivamente, se va espesando y puede adquirir una coloración amarillenta o verdosa.
Tratamiento
Los catarros no tienen ningún tratamiento específico. El tratamiento va dirigido al alivio de los síntomas: tos, fiebre o dolor. El resfriado cura de manera espontánea entre 2 y 10 días.
Lo más eficaz para retirar la mucosidad y aliviar al bebé es el lavado nasal con suero fisiológico o agua de mar. Es recomendable realizarlo antes comer y dormir. Si el niño presenta malestar o fiebre se puede dar paracetamol o ibuprofeno.
Para la tos se pueden utilizar diferentes tipos de antitusivos , los cuales se suelen utilizar para aliviar la molesta tos nocturna que impide el sueño del niño. Como puede ser Dextrometorfano ( Romilar jarabe o gotas , Inistolin pediátrico ) , Dimemorfan ( Dastosin jarabe ) , Cloperastina ( Flutox jarabe ) y de los más actuales y de gran eficacia como la Levodropropizina ( Tautoss jarabe o Levotuss jarabe ).
Es recomendable que se ofrezcan abundantes líquidos al niño.
No está indicado el uso de antibióticos, es una infección viral. No acortan la duración del proceso ni evitan complicaciones. Tan solo favorece el desarrollo de resistencias bacterianas y la aparición de efectos secundarios. Con lo que si su hijo padece un proceso catarral se debe afrontar con paciencia , y solo aliviar los síntomas y vigilar la posible aparición de signos de complicación , como dificultad respiratoria ( respiraciones rápidas , habla entrecortada , respiración con abdomen , jadea , se hunden las costillas , etc. ) que son muy distintos a la molestia de la congestión nasal que no permite el paso de aire por la nariz.
No existen vacunas para los virus que producen los catarros. Tan sólo tenemos la vacuna de la gripe que se pone cada año y que protege contra el virus influenza A y B (los que producen la gripe) y no frente al resto de los posibles causantes de cuadros catarrales. Se puede vacunar a los niños a partir de los seis meses.
La mejor manera de prevenir el contagio es el correcto lavado de manos y evitar el contacto con personas enfermas.
Cuándo acudir al Pediatra
Los catarros que no se complican se curan solos y no necesitan tratamiento con medicinas. Se debe acudir en el caso de que el niño presente: dificultad respiratoria, conjuntivitis, dolor de oídos (otitis), fiebre alta de más de tres días o mal estado general( decaido , irritable ).


4-octubre-2013


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