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jueves, 19 de junio de 2014

Cacas normales en el bebé

Las deposiciones (cacas) normales de los bebés

¿Cómo son?
El número, color y aspecto de las deposiciones que hacen los bebés son muy variables y pueden ser diferentes de unos días a otros.

En los bebés alimentados al pecho:
Durante el primer día de vida eliminan una sustancia negra, como un puré pegajoso, que se llama meconio. El meconio ocupa el intestino del niño durante el embarazo y, en condiciones normales, no se expulsa hasta después del nacimiento.
El cambio del meconio a las cacas normales del bebé alimentado al pecho suele ocurrir entre el tercer y quinto día de vida y depende del número de tomas de leche. Las deposiciones de estos días son verdes, primero más oscuro y poco a poco más claro, como un puré.
Cuando la madre tiene ya más leche, habitualmente entre el cuarto y el séptimo día, el bebé suele hacer un mínimo de 2-3 deposiciones al día, aunque es frecuente que haga caca cada vez que mame. Las deposiciones normales de pecho son amarillas, líquidas, con grumitos, o marrones o verdes. El color es variable y no es importante. Así, durante las primeras 4 a 6 semanas de vida es habitual que el bebé haga muchas deposiciones blandas.
Sin embargo, a partir de la segunda o tercera semana de vida, repentinamente, muchos bebés con lactancia materna exclusiva dejan de hacer caca todos los días y hacen una deposición cada tres, cuatro, siete o incluso 15 días. Cuando por fin hace la deposición, ésta es igualmente blanda, pero más abundante de lo habitual. Este hecho normal se conoce como deposiciones escasas del bebé amamantado. Después de una temporada, el niño comienza de nuevo a hacer cacas más frecuentes. Aunque no se conoce la causa exacta, una de las explicaciones es que la leche materna se adapta perfectamente a las necesidades del bebé y deja poco residuo.
Cuando empiezan a probar otros alimentos además del pecho, el aspecto de las cacas cambia. Algunos niños no hacen deposiciones durante unos días y éstas son más duras y con un olor diferente.

En los bebés alimentados con biberón:
 Durante el primer día de vida eliminan el meconio y en los días siguientes hacen cacas verdosas de transición como los niños alimentados al pecho.
Las cacas normales del bebé alimentado con biberón suelen ser marrones, verdes o amarillas, menos frecuentes y más duras que las de los bebés alimentados al pecho. Como una pasta.
Al igual que los niños alimentados al pecho, las deposiciones cambian de aspecto cuando el niño comienza a comer las papillas con alimentos diferentes a la leche.

¿Qué se puede hacer si el bebé no hace caca cada día?
Si el bebé se alimenta con biberón o si se alimenta con pecho pero tiene más de 2-3 semanas de vida es posible que no haga cacas cada día. Si el niño se encuentra bien, gana peso correctamente y las cacas que hace son blandas y normales, no debe preocupar a los padres esta situación.
No es conveniente estimular el ano con el dedo, con el termómetro o con otros objetos para intentar que haga caca diariamente. Tampoco conviene dar zumos, laxantes ni infusiones.

¿Cuándo se debe consultar con el pediatra?
Si el bebé no expulsa el meconio durante las primeras 24 horas de vida.
Si las cacas son duras y secas y al bebé le cuesta expulsarlas.
Si las cacas son muy infrecuentes.
Si las cacas son de color blanco-grisáceo y la piel del niño está amarillenta (ictericia).
Si las cacas tienen sangre.

lunes, 16 de junio de 2014

Dolor con las vacunas

                    Alivio del dolor al vacunar

Durante el primer año de vida, los niños reciben múltiples vacunaciones mediante inyección que les protegen de múltiples enfermedades peligrosas y potencialmente mortales. En los últimos años la producción de nuevas vacunas ha supuesto un aumento del número de pinchazos, motivo por el cual ha aumentado la preocupación sobre cómo puede aliviarse el dolor de los niños durante la vacunación.

Como consecuencia de dicha preocupación, en los últimos años se han llevado a cabo muchos estudios (ensayos clínicos) con objeto de determinar si la administración de líquidos de sabor dulce durante la vacunación aliviaba el dolor en los lactantes. Una reciente revisión sistemática, que es un tipo de estudio que resume o sintetiza los resultados de los ensayos clínicos realizados sobre este tema, nos dice que los niños que recibieron una solución dulce conteniendo sacarosa o glucosa, en comparación con otros niños que recibieron una solución sin ningún sabor, lloraron durante menos tiempo. Además, el número de niños que lloraron fue menor entre los que recibieron la solución dulce.

Otra medida eficaz para aliviar el dolor es, en aquellas madres que amamantan a sus hijos, darles el pecho mientras se les vacuna.
Al tratarse de intervenciones de bajo coste y sin efectos secundarios, estas medidas podrían ser fácilmente aplicadas en el momento de recibir una vacuna mediante inyección a lo largo del primer año de vida.

Doy el pecho y vuelvo al trabajo

Estoy amamantando y voy a volver a trabajar

La vuelta al trabajo supone una dificultad, pero no un impedimento para continuar con la alimentación al pecho.
Existen diferentes posibilidades para que las madres que tienen que incorporarse al trabajo puedan continuar con la lactancia. Se puede optar por una o varias de ellas.

Algunas opciones son:
Acumular las horas del permiso laboral (1 hora en medio de la jornada laboral o ½ hora al principio o al final de la jornada, hasta los 9 meses) y sumarlas a la baja maternal.
Solicitar una reducción de jornada con reducción del salario o una excedencia del puesto de trabajo, sin remuneración, durante unos meses, para poder estar más tiempo con el bebé.
Llevar al bebé al lugar de trabajo durante toda la jornada laboral (esto es posible en algunos trabajos como el comercio, la limpieza doméstica, etc.) o sólo para amamantarlo, si se puede contar con una persona que se ocupe de traer y llevar al bebé.

Si no hay mucha distancia entre el lugar de trabajo y el lugar donde está el bebé, salir a darle el pecho durante la hora de lactancia o en los descansos.
Extraer la leche en casa o en el lugar de trabajo con un sacaleches (los eléctricos son más rápidos) para que el cuidador se la ofrezca al bebé cuando la madre esté trabajando.

Unas semanas antes de incorporarse al trabajo, conviene familiarizar a la persona que se vaya a encargar de cuidar al bebé con el manejo de la leche materna y la forma de administrarla ( vasito , cuchara...)

Mantener tomas de pecho frecuentes, a demanda, cuando la madre esté en casa con el bebé (fines de semana, durante la noche...) y ofrecer otros alimentos apropiados para su edad cuando la madre esté fuera (por ejemplo, en niños mayores de 6 meses: purés de verduras o fruta).

Si la madre le ofrece el pecho al bebé inmediatamente antes de salir de casa e inmediatamente al volver, es posible que solo necesite una o dos tomas de leche u otros alimentos (según la edad) durante su ausencia.

Muchos bebés, cuando la madre no está, son capaces de pasar varias horas sin comer, algunos duermen prolongadamente en ausencia de la madre para pedir mucho más a menudo cuando regresa.

Para evitar que el estrés laboral afecte a la producción de leche, la madre debe descansar cuando pueda y delegar en su pareja o familiares otros aspectos relativos al cuidado del niño y del hogar, para que no acumule demasiado cansancio por el trabajo y el hecho de estar amamantando al bebé.

Conviene buscar apoyo e información en madres con experiencia (grupos de apoyo), representantes sindicales y administración (información sobre derechos laborales).

Información elaborada por el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría.

jueves, 12 de junio de 2014

Sudamina : Lesiones en la piel por el sudor

Sudamina

La sudamina o miliaria es una erupción (sarpullido) que con frecuencia aparece en la piel de algunos niños, sobre todo recién nacidos y menores de un año, que por lo demás están sanos. Se produce por la obstrucción de los conductos de las glándulas del sudor (sudoríparas) que todos tenemos en la piel y parece que está relacionada con el calor, lo que no quiere decir que sea exclusiva del verano. Aparecen granos del tamaño de una cabeza de alfiler que suelen ser rojos o bien blanquecinos. Suele afectar a las zonas de la piel donde son más abundantes las glándulas sudoríparas, es decir, la frente, cara, cuello, pecho o espalda.

¿Qué se puede hacer para prevenirla?

Para evitar la excesiva sudoración que favorece la aparición de la sudamina, conviene no abrigar demasiado al niño, no utilizar ropa muy ajustada y mantener una adecuada higiene. Para ello, son aconsejables el baño diario y una buena hidratación de la piel, con el aceite o la crema habituales.

¿Cómo se trata?

La sudamina es una alteración benigna y transitoria que no precisa de un tratamiento específico. Es recomendable mantener los cuidados habituales de la piel y evitar obstruir aún más los conductos de las glándulas del sudor con preparados como el talco, cremas muy espesas, etc.