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martes, 10 de febrero de 2015

VACUNA PARA VARICELA 2015

Vacunación para el virus de la varicela.
Resultados en España.

Noticia creada el  4-1-2015
La vacunación de varicela a todos los niños ha demostrado disminuir las hospitalizaciones y los fallecimientos en relación a la infección por el virus de la varicela-zóster. La Asociación Española de Pediatría recomienda la vacunación a todos los niños menores de dos años de edad. El Ministerio de Sanidad, sin embargo, propone vacunar solo a los niños de 12 años que no hayan pasado la enfermedad, argumentando que si se vacuna a todos los bebés de varicela y deja de haber varicela, podría aumentar la frecuencia de herpes zóster en adultos y sus complicaciones.
Un estudio realizado en España ha comparado desde el año 2006 los ingresos hospitalarios por varicela entre las comunidades autónomas que vacunaban a los menores de 2 años y las que vacunaban solo a los adolescentes que no la hubieran pasado. Tras cuatro años de vacunación el número de ingresos por varicela se redujo a la mitad. La reducción fue el doble en las regiones donde vacunaban a los menores de dos años con respecto a los que vacunaban solo adolescentes. Desde 2006 los ingresos por herpes zóster aumentaron solo en los ancianos en todas las comunidades, independientemente del régimen vacunal seguido.

En conclusión, se puede decir que la vacunación de varicela a todos los niños es eficaz para reducir ingresos hospitalarios, especialmente si se hace antes de los dos años de edad.

lunes, 9 de febrero de 2015

MIEDOS Y FOBIAS EN LA INFANCIA

Miedos y fobias en la infancia

Los miedos son muy comunes en determinados periodos de edad del niño. Suelen ser pasajeros y de poca intensidad.
Los miedos o temores son emociones caracterizadas por una intensa sensación, habitualmente desagradable, provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Se derivan de la aversión natural al riesgo o a la amenaza, y se manifiestan en todos los animales, lo que incluye al hombre.
Los miedos son fenómenos muy comunes a lo largo del desarrollo del niño. Suelen aparecer coincidiendo con períodos de edad determinados, siendo estos temores, en general, pasajeros y de poca intensidad, remitiendo espontáneamente a medida que el niño madura y se desarrolla. Son conocidos como “miedos evolutivos”.
Las fobias y la ansiedad son miedos de gran intensidad, irracionales y especialmente desproporcionados al riesgo de la situación u objeto temido que, generalmente, no suponen una  amenaza real (oscuridad, pequeños animales, etc.). Pueden originar una reacción de ansiedad  y  repercutir negativamente a nivel personal y familiar.

Miedos y temores más frecuentes en los niños

1) Miedo a la oscuridad: aparece en uno de cada tres niños hacia los 2 años y disminuye a los 8-9. Puede incluir ingredientes de otros temores, como miedo a la separación, a seres imaginarios y peligrosos, ladrones, ruidos y al abandono.
Se le puede ayudar acompañándolo hasta que consiga dormirse, manteniendo alguna luz encendida que reduzca progresivamente la intensidad o dejando un pequeño piloto. Se ha de intentar que el ambiente para dormir sea lo más agradable posible. Conviene establecer rutinas previas al acostarse, ya que estos rituales le tranquilizarán, ayudándole a conseguir un sueño saludable. Se recomienda evitar la activación excesiva antes de que se vaya a dormir. Se le puede hacer compañía durante unos minutos, hablando de lo ocurrido en el día, leyendo un cuento o cantando una canción en un tono de voz lo más monótono posible para que induzca el sueño. Luego se le arropa y despide siempre de la misma forma. Si precisa, puede repetirse la maniobra, hasta que entienda que seguirá en su cama y que no le va a pasar nada.

2) Miedo a la separación: el miedo a la separación de las personas con las que el niño está afectivamente unido es uno de los temores más consolidados en la especie humana. Aparece cuando está alejado de las personas de referencia a las que está vinculado, especialmente de la madre. Lo normal es que este temor vaya remitiendo a partir de los 6 años, aunque en un pequeño porcentaje se mantiene, evolucionando hacia un trastorno llamado “ansiedad de separación”.
Para evitar este problema es fundamental favorecer desde un principio las conductas de autonomía del niño (evitar la sobreprotección, reforzar la independencia del niño...). Se pueden realizar separaciones breves en un principio y hacerlas cada vez más prolongadas, felicitando y recompensando los logros conseguidos por el niño. Delegar los cuidados en otros familiares y procurar que otras personas se relacionen estrechamente con él (como dejarle a dormir en casa de un amigo, etc.).

3) Miedos escolares: se incluyen miedos específicos a elementos o situaciones concretas del entorno escolar (asignaturas concretas, repetir curso, el comedor, etc.), al hecho de estar separado de los padres o a las actividades sociales que se desarrollen en la escuela (hablar en clase, relaciones conflictivas con compañeros, etc.). Este tipo de miedos, al contrario que los otros que disminuyen con el paso de los años, se acrecientan con la edad. Precisan de una actitud firme de los padres y la colaboración del profesorado. Se han de evitar ausencias escolares prolongadas, ya que cada día que transcurra sin ir al colegio más se complica el retorno a clase.

4) Miedos médicos: incluyen miedos al dolor físico, a los procedimientos médicos y  al contexto sanitario (medicaciones, inyecciones y vacunas, sangre, batas y profesionales, especialmente los dentistas).
Las experiencias positivas en las consultas funcionan como un colchón que amortigua el efecto de daños posteriores. La actitud serena de los padres y la relación positiva con el personal sanitario también son factores protectores.

Consejos generales


  • La mayor parte de los miedos y temores infantiles desaparecen por sí solos sin necesidad de tratamiento, a medida que el niño va madurando y aprendiendo estrategias para afrontar las situaciones temidas. Es conveniente ayudarle a superar sus temores, evitaar la sobreprotección y fomentar que sea el niño quien solucione las dificultades con ayuda, pero sin que se encuentre siempre los problemas resueltos.
  • Hay que tener en cuenta que a veces el miedo se perpetúa por las ventajas que, sin proponérselo inicialmente, se obtienen con ello. Por un lado, los padres suelen adoptar una actitud comprensiva y tolerante, proporcionando al niño más caprichos o ventajas y, por otro, le pueden descargar de obligaciones, deberes o responsabilidades. Se debe valorar realmente si es conveniente realizar ciertas concesiones (dejarle pasar a la cama de los padres cuando haya miedos nocturnos, dejarle en casa sin ir al colegio, etc.).
  • El recurso al miedo para controlar el comportamiento infantil es una práctica educativa inadecuada. El “si no eres bueno, llamo al coco” o “si no tomas el jarabe, te llevaremos al hospital para que te pinchen” resuelven las situaciones de forma momentánea, pero pueden generar problemas a largo plazo. Es mejor educar positivamente, empleando elogios e incentivos, en lugar de amenazas y coacciones.
  • El niño con miedo puede emplear estrategias para escapar o evitar las situaciones temidas (como fingir dolor de barriga para no ir al colegio, llorar cuando queda solo). Si esto sucede hay que evitar entrar en riñas o discusiones. Es preferible la indiferencia, tener paciencia y fingir que no se oyen las quejas ni las rabietas, celebrando por el contrario cualquier acción positiva del niño, por insignificante que sea, dirigida a superar el miedo
  • Es conveniente entrenar al niño en la valentía, animándole a que se enfrente poco a poco a las situaciones que le provoquen temor, resaltando sus comportamientos valerosos con ayudas verbales (¡bien!, ¡ánimo!, etc.) que resultan más potentes si se acompañan de contacto físico (chocar palmas, palmada en la espalda, etc.).
  • La imitación tiene mucho que ver en la adquisición de miedos infantiles, por lo que es importante mantener la compostura y disimular los propios temores en presencia del niño.
  • Las sensaciones de seguridad suscitadas por la compañía de los padres contrarrestan el miedo. Se aconseja restas importancia a las manifestaciones normales de temor del niño e intentar conservar la calma en momentos de estrés, de lo contrario se obtendrá el resultado opuesto y el niño se alterará más.
  • Ante situaciones novedosas, realice cambios de forma gradual, tanto en tiempos como en intensidad,  para que se vaya acostumbrando (por ejemplo: visitar con él la guardería antes del primer día del curso) y prepárele para acontecimientos difíciles (enfermedades, cambios en la familia...).
  • Un mecanismo de adquisición del miedo es la observación de experiencias atemorizantes. Hay que seleccionar películas, lecturas, relatos y espectáculos apropiados para su edad, cuidando que no vea filmes de terror o de violencia indiscriminada. Es útil en ocasiones recurrir al juego y al humor en circunstancias de temor.
  • Si con estos consejos generales no es suficiente y el miedo es intenso, persistente y tiene repercusión negativa en el niño y su entorno, será entonces conveniente buscar otra solución.

Guarderías . ¡¡¡ Mi hijo siempre está enfermo !!!

Guarderías

Hoy en día muchos niños van a la guardería. Esto supone una exposición a numerosas infecciones, fundamentalmente víricas y benignas.
Pero a pesar de ésto muchos padres siguen pensando que su hijo puede tener algún problema de salud por verlo que enferma con frecuencia . 
Un pediatra insigne de mi ciudad natal siempre les decía a los padres , algo que también yo os suelo decir con frecuencia : 

" Síndrome de la guardería
un catarro 
cada 7 ó 15 días "

Muchos de los que tenéis hijos que ya han pasado esta etapa recordaréis que eso era lo habitual y que vuestros hijos los solventaron con normalidad.
Aquellos que ahora tenéis que vivir esta experiencia , os resulta doloroso , especialmente en esta época invernal , dónde el número de procesos infecciosos , sobre todo catarrales ( mocos , tos , fiebre , congestión nasal , conjuntivitis ) aumentan mucho.

¿Por qué ahora van muchos niños a la guardería?

La incorporación de la mujer al mundo laboral, junto con el cada vez más frecuente alejamiento entre los miembros de las familias (no disponibilidad de familiares que hagan de cuidadores), han traído como consecuencia un importante aumento en el número de niños que acuden a guardería durante los primeros años de vida.

¿Qué pasará si llevo a mi hijo a la guardería?

Además de los posibles beneficios de esta nueva situación para el más mayorcito ( socialización, adaptación a normas, aprender a compartir, etc.), hay una consecuencia fundamental desde el punto de vista de la salud, que es la exposición más temprana e intensa a los agentes infecciosos y que, casi inevitablemente, se traduce en repetidos episodios de resfriados, gastroenteritis, infecciones de la piel, conjuntivitis, etc., muchos de ellos con fiebre.

¿Por qué están siempre enfermos?

Estas infecciones, sobre todo las causadas por virus, se producen por la simple exposición a otros niños o adultos enfermos, de manera que, cuantos más haya juntos, mayor será la posibilidad de que alguno tenga una infección y más fácil será su contagio a los otros. Además, la prevención suele ser difícil, especialmente en el caso de las enfermedades de las vías respiratorias, pues gran parte de ellas ya se están transmitiendo a los demás antes de producir los primeros síntomas y por tanto de ser identificadas (por ejemplo, la varicela, el sarampión, etc.).
No obstante, esta situación puede considerarse como una etapa más o menos inevitable que habrá que pasar y que un niño normal superará sin grandes problemas.

¿Los padres de niños que van a guardería se acatarran más?

Llevar a un hijo a la guardería también suele significar mayor número de infecciones para sus padres y los propios cuidadores que trabajan en la guardería, pues se convierten en otra pieza vulnerable más en la cadena de transmisión de las enfermedades de su hijo. De ahí que se insista en el lavado de manos frecuente, especialmente en dos situaciones cotidianas:
  • Antes de preparar los alimentos del niño.
  • Después de cambiarle los pañales.
¿Cómo se transmiten las infecciones en la guardería?

Las vías de transmisión son 3 fundamentalmente:
  • La fecal-oral cuando el microbio se elimina por las heces y lo ingerimos, como es el caso de las gastroenteritis víricas y bacterianas, y los parásitos intestinales.
  • La respiratoria cuando por tos o estornudos se disemina el microorganismo y lo respiramos o por contacto con saliva o mocos del enfermo, como pasa en resfriados, la gripe y en la mayor parte de las infecciones clásicas de la infancia.
  • La de contacto con la piel u objetos que hacen de intermediarios en la transmisión de infecciones de la piel, infestación por piojos, etc.
¿Qué se puede hacer para prevenirlas?

La prevención de las infecciones se basa en tres pilares fundamentales:
  • Vacunación correcta de los niños y los adultos cuidadores.
  • Evitar la transmisión. Como ya se comentó, el lavado de manos es el factor más importante en la reducción de la transmisión de enfermedades en las escuelas infantiles. En estos centros deberán existir instalaciones adecuadas y rutinas o procedimientos claros sobre cómo y dónde se cambia a los niños e igualmente en relación a la preparación de sus alimentos. Los juguetes de uso común deben lavarse a menudo y los paños de cocina y toallas a diario. En ciertos casos deberán excluirse temporalmente (o separarse a otra habitación, según los casos) a los niños y adultos enfermos cuando esté probado que este tipo de medida reduzca la aparición de casos secundarios.
  • Vigilancia y declaración inmediata de las enfermedades transmisibles susceptibles de aplicación de medidas preventivas (antibióticos, vacunas, etc.) a los contactos y también de cualquier otra que las autoridades sanitarias estimen conveniente para la evitación de casos secundarios.
¿Se necesitan vacunaciones suplementarias?

El cumplimiento del calendario vacunal oficial vigente garantiza una protección adecuada contra las enfermedades incluidas, no siendo necesario administrar dosis de refuerzo suplementarias por el hecho de acudir a guardería. No obstante, la Asociación Española de Pediatría recomienda incluir para todos los niños y con más razón para los que van a guardería, la vacunación frente a neumococo, rotavirus y también varicela si han alcanzado los 12 meses de edad. Está por determinar la necesidad de la vacunación frente a la gripe estacional, pero sí resulta muy conveniente para los niños incluidos en los grupos de riesgo de complicaciones de esta enfermedad.

¿Los cuidadores de la guardería necesitan vacunarse de algo?

Desde el punto de vista de la protección de los adultos cuidadores, es recomendable que se vacunen anualmente contra la gripe y, en el caso de no estar inmunizados de forma natural contra la hepatitis A, también deberían recibir esta vacuna.

¿Debo llevar el niño a la guardería estando enfermo?

Si la pregunta fuera ¿debe ser cuidado un niño enfermo en casa o en la guardería?, la respuesta nos parecería obvia; sin embargo, no siempre es necesario interrumpir su asistencia a la escuela infantil.
NO debe llevarse al niño a la guardería en las siguientes circunstancias:

  1. Cuando lo aconseje el sentido común.
  2. En los casos en que el niño precise un tipo de cuidados que no puedan ofrecerse en la guardería o quede incapacitado para participar aceptablemente en las actividades normales del centro.
  3. Si presenta síntomas de afectación de su estado general, como fiebre, dificultad respiratoria, irritabilidad, etc. o bien un cuadro clínico poco definido y potencialmente peligroso, como por ejemplo, vómitos sin una causa que lo explique.
  4. Cuando tenga diarrea con sangre y moco, conjuntivitis purulenta, impétigo, piojos, sarna, varicela, tos ferina, sarampión, paperas, tuberculosis o hepatitis A, y en otras circunstancias que el pediatra o su buen juicio le sugieran esta precaución. En cualquier caso, el periodo de exclusión dependerá de la enfermedad en concreto y del momento en el que se inicie el tratamiento, si lo hubiera.

jueves, 5 de febrero de 2015

LACTANCIA MATERNA. EL MEJOR ALIMENTO PARA VUESTROS HIJOS

Comité de Lactancia Materna
La 2ª Conferencia Internacional sobre Nutrición aconseja la promoción de la lactancia materna
Del 19 al 21 de noviembre de 2014, se celebró en Roma La Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición (CIN2). Fue una reunión intergubernamental de alto nivel que centró la atención mundial en la lucha contra la malnutrición en todas sus formas. Asistieron más de 2 200 participantes, incluyendo representantes de más de 170 gobiernos, 150 representantes de la sociedad civil y cerca de 100 de la comunidad empresarial. Los gobiernos participantes en la conferencia aprobaron los dos principales documentos resultantes de la CIN2 —la Declaración de Roma sobre la nutrición y el Marco de Acción—, que comprometen a los líderes mundiales a establecer políticas nacionales encaminadas a la erradicación de la desnutrición y a la transformación de los sistemas alimentarios para conseguir que las dietas nutritivas estén disponibles para todos.
El documento Marco de Acción, recoge una serie de medidas para PROMOVER, PROTEGER Y SOSTENER LA LACTANCIA MATERNA:
  • Adaptar y aplicar el Código internacional de comercialización de sucedáneos de la leche materna y las posteriores resoluciones pertinentes de la Asamblea Mundial de la Salud.
  • Aplicar políticas y prácticas, incluidas reformas laborales según sea apropiado para promover la protección de las madres que trabajan.
  • Aplicar políticas, programas y medidas para velar por que los servicios sanitarios promuevan, protejan y respalden la lactancia materna, en particular la iniciativa de hospitales amigos de los niños.
  • Alentar y promover mediante actividades de promoción, educación y aumento de la capacidad un entorno favorable a que los hombres, en particular los padres, tomen parte activa en el cuidado de los lactantes y niños pequeños y compartan dichas responsabilidades con las madres, y al mismo tiempo empoderar a las mujeres y mejorar su salud y su estado nutricional a lo largo de toda la vida.
  • Velar porque las políticas y prácticas adoptadas en situaciones de emergencia y crisis humanitarias promuevan, protejan y respalden la lactancia materna.
En este video de animación "Mejor nutrición, mejor vida", se ilustra la situación del sistema alimentario mundial y se anima a la población a apoyar los esfuerzos de los gobiernos y a exhortar a los representantes a cumplir sus compromisos.


En este enlace podéis leer el mismo articulo y visionar el video

miércoles, 4 de febrero de 2015

CALENDARIO DE VACUNACIONES DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA 2015

Creo que es conveniente recordaros que esta es la recomendación que hace el comité de expertos en vacunas de la AEP , pero no es el que está vigente en nuestra comunidad autónoma , que es el que nos da la Junta de Castilla La Mancha y que es el que seguimos en la consulta de Pediatría.

Calendario de Vacunaciones
de la Asociación Española de Pediatría 2015



Noticia creada el 4-1-2015
La Asociación Española de Pediatría (AEP) publica en su web, como otros años, las recomendaciones sobre el calendario de vacunaciones más adecuado para los niños y adolescentes que viven en España.
De nuevo, en 2015, se insiste en la conveniencia de la vacunación antineumocócica de los más pequeños, que finalmente parece más cercana en nuestro país, según declaraciones de medios oficiales. También parece probable el adelantamiento de la vacunación de las chicas frente al papilomavirus, causante del cáncer de cuello uterino, pasando así de los 14 a los 12 años, como ya venía recomendando el Comité de Vacunas de la AEP con anterioridad.
Pero este año, la novedad fundamental consiste en la inclusión de la vacuna aceptada en Europa frente a la meningitis B. Aunque, lamentablemente, la propuesta de la AEP será difícil de aplicar, pues por el momento la vacuna frente al meningococo del grupo B no está disponible en las farmacias españolas y esto se debe a una cuestionable decisión de las autoridades sanitarias de nuestro país. Del mismo modo, la vacuna de lavaricela sigue sin poder adquirirse en las farmacias españolas, aun disponiendo de receta médica. Ambas vacunas pueden adquirirse, con la necesaria prescripción, en las farmacias del resto de Europa.

También se insiste en la conveniencia de la vacunación de las embarazadas al final de la gestación para proteger a sus futuros hijos contra la temida tosferina. Para eso, deberían recibir una dosis de vacuna combinada (Tdpa) a partir de la 27 semana del embarazo. Otra vacuna que deben recibir todas las mujeres que esperen un hijo es la de la gripe, siempre que el embarazo transcurra durante el periodo activo de la enfermedad (fundamentalmente el invierno).

MASTURBACIÓN INFANTIL


Masturbación en el niño

En estas últimas semanas varios padres me han consultado sobre situaciones de masturbación en niños pequeños , dejando entrever su preocupación , así que para que podáis entender este comportamiento en vuestros hijos he revisado los últimos artículos al respecto.

¿Qué es?

La masturbación es la autoestimulación de los genitales por placer. Los pequeños necesitan tocarse para comprender su cuerpo y sus límites corporales. Es algo más que la inspección normal de los genitales que realizan casi todos los niños.
Es una actividad normal y frecuente en los niños, puede practicarse a cualquier edad, aunque es rara antes de los 6 meses.
Los más pequeños frotan sus muslos uno contra otro, con movimientos rítmicos de las caderas cuando está boca arriba o moviéndose sobre las manos o las rodillas cuando están boca abajo. Un poco más tarde pueden aprender a frotarse contra algún muñeco, el brazo de un sillón, etc.
La manipulación rítmica de los genitales con la mano no suele darse antes de los 2 años y medio. Es más frecuente cuando el niño se va a dormir, está aburrido o viendo la televisión o si está sometido a algún tipo de estrés.
En cualquier caso, durante la masturbación el niño puede estar ensimismado, acalorado y sudoroso, con movimientos rítmicos de extensión y flexión de piernas o piernas en tijeras con movimientos pélvicos rítmicos, o se mecen contra un objeto. En algún caso esto ha llevado al error de diagnosticar el episodio de ataque epiléptico.

¿Cuál es la causa?

La masturbación en niños preescolares es una conducta normal. No acarrea consecuencias futuras, no predice comportamientos, ni altera el desarrollo. Esa conducta tiene que ver en un primer momento con conocerse y más tarde con procurarse sensaciones agradables. Aunque se llame masturbación, poco tiene que ver con la masturbación adolescente o adulta.
Hasta un tercio de los niños pequeños descubren la masturbación mientras exploran su cuerpo.

Como padres, ¿qué podemos hacer?

- No se alarme
- No le reprenda
Las reprimendas, castigos, etc. pueden tener un efecto negativo. Asociar este placer con suciedad o con algo negativo crea un conflicto difícil de resolver, ya que seguirán autoexplorándose, lo harán a escondidas y con sentimientos de culpa.
- Si cree que la masturbación puede tener relación con el aburrimiento, puede intentar mantenerle ocupado con actividades que le atraigan.
- Si observa esta conducta en su hijo hágale saber que es una actividad que pertenece a la esfera de lo privado, nunca debe hacerlo en público.
 La mayoría de los niños pequeños no saben la diferencia entre el comportamiento público y privado. Los padres deben tratar la masturbación en público como lo harían con cualquier otro comportamiento que no es aceptable en lugares públicos, por ejemplo, hurgarse la nariz.
Tenga en cuenta que los tocamientos o la masturbación no acarrean consecuencias futuras ni predicen comportamientos inadecuados en otras etapas de la vida.

¿Debo acudir al pediatra?

Solo si la masturbación fuera compulsiva, es decir, frecuente y obsesiva. En contadas ocasiones, la masturbación estará relacionada con situaciones de estrés del niño o, incluso, abusos sexuales por parte de adultos. En esos casos, no dude en consultar a su pediatra o enfermera.


Tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, la masturbación es un comportamiento común, normal en los niños. En muy raras ocasiones se trata de un indicador de algún otro problema. 

Espero que os haya servido para resolver vuestras dudas.

martes, 3 de febrero de 2015

ESTREÑIMIENTO EN NIÑOS PEQUEÑOS

Estreñimiento en el niño pequeño

El estreñimiento es frecuente en los niños pequeños. Está relacionado con los hábitos y con la herencia. Para prevenirlo conviene seguir una dieta variada y ayudarle a que vaya al inodoro de forma regular.

El estreñimiento es la dificultad para la emisión normal de heces. Aunque puede deberse a varios trastornos diferentes, en el niño preescolar y escolar suele deberse a una conducta que favorece la retención fecal. A veces puede ser por cambios de rutina (retirada del pañal, enfermedades), situaciones emocionales (cambio de domicilio, nacimiento de un hermano) o pequeñas lesiones alrededor del ano que hacen que deje de ir al baño. Otras veces el niño retrasa el momento de la defecación porque está distraído con otros asuntos o, simplemente, porque no quiere hacer deposición en el inodoro del colegio. Si siente dolor en el momento de la defecación, intentará evitarlo retrasando la eliminación de heces, pero solo conseguirá, al final, tener que eliminar heces más duras y más grandes, por lo que tendrá más dolor y se reforzará su idea de que tiene que retener la deposición lo máximo posible.

¿Cuáles son los síntomas?
El síntoma fundamental es la disminución de la frecuencia de las deposiciones. Generalmente se admite el límite de una deposición cada dos días (tres a la semana), pero hay niños estreñidos que hacen todos los días, aunque de forma incompleta. Cuando esto ocurre, se van  acumulando heces y periódicamente eliminan una más grande y con más esfuerzo de lo habitual. Con el tiempo pueden aparecer heridas en el ano (llamadas fisuras anales). Si se acumulan muchas heces, puede que se le escapen sin querer y manche la ropa interior.
Es muy típico que los niños pequeños se escondan detrás del sofá, de la puerta o de las cortinas y se pongan en cuclillas haciendo esfuerzos. Pero no nos confundamos: el niño no trata de defecar, sino que está tratando de retener las heces porque cree, con razón, que le va a doler.

¿Cuándo debo consultar?
Una vez que empieza es conveniente no esperar demasiado, ya que cuánto más se prolongue el estreñimiento, más trabajo costará recuperar un hábito intestinal normal.
Además, debe consultarse si se producen otros síntomas como disminución del crecimiento, vómitos, barriga hinchada o sangrado con las heces.

¿Cómo se trata?
Hay que evitar que el niño tenga dolor cuando hace la deposición y restablecer un hábito intestinal normal.
Lo primero es tratar las lesiones anales que puedan aumentar el dolor (fisuras, inflamaciones del ano, etc.). Hay que dar también un medicamento laxante que ablande las deposiciones y estimule las ganas de defecar del niño, para evitar que retenga heces y vuelva a producirse el círculo de dolor - retención de heces - dolor.
Es conveniente que sea su pediatra el que le recomiende el medicamento laxante, ya que no todos los laxantes son adecuados para los niños. Por último, es fundamental favorecer un hábito regular. Puede ser útil sentarle en el inodoro después de las comidas, sin prisas y sin distracciones, animándole cuando consiga hacer deposición y no preocupándose demasiado si las primeras veces no lo consigue.

¿Cómo se puede prevenir?
Existen muchos mitos en el tratamiento y la prevención del estreñimiento en el niño pequeño. No está demostrado que la fibra juegue un papel en su producción. Tampoco otros remedios como beber más agua o tomar ciertas frutas o zumos han demostrado su utilidad. En general, es recomendable seguir una alimentación variada normal y favorecer un hábito intestinal regular.

Si el estreñimiento vuelve a empeorar, es muy importante empezar de nuevo el tratamiento. Es muy frecuente que el niño precise repetir los tratamientos hasta adquirir su hábito intestinal a una edad posterior. Ser estreñido de niño no quiere decir que se vaya a ser estreñido toda la vida.


LOS MIEDOS EN LA INFANCIA


Los miedos más comunes de los niños

Conoce un poco más los miedos de tu hijo
Los temores infantiles varían dependiendo de la personalidad y el carácter del niño, y de las situaciones que él vive. Pero, por lo general, los miedos son universales. Empiezan alrededor del primer año de vida, y se presentan con mayor incidencia entre los 4 y los 6 años de edad. En ese periodo, el niño empieza a tener miedo a los insectos, a los animales, a la oscuridad, a las personas desconocidas, a los fuertes ruidos, a juguetes desconocidos, a los truenos y a las tormentas, a la muerte, etc. 

Conoce un poco más de cada uno de ellos:

Miedo a las personas desconocidas

Es necesario que hables con tu hijo sobre los peligros reales que tiene hablar con personas desconocidas. Pero no debes decirle solamente eso. No aumentes sus miedos. Trata de enseñarle algunas reacciones para protegerse de los desconocidos. Por ejemplo: no aceptar caramelos, ni regalos, ni dar la mano o dar un paseo con esa persona. En el caso de que le obliguen a ello, dile que debe pedir ayuda a la policía y dirigirse siempre a quién le está cuidando en ese momento. Transmítele confianza y seguridad, pero enséñale a ser precavido ante las personas que no conoce.

Miedo a la oscuridad

Este miedo puede estar relacionado con algún cuento sobre monstruos o brujas, que le ha sido mal explicado. Puede también estar relacionado con las pesadillas, sueños o algún acontecimiento como el cambio de domicilio o determinadas situaciones imaginarias. Hay niños que se sienten más seguros si dejas alguna luz cercana encendida. No hay nada de malo en eso. Pasado un tiempo, se le pasará.

Miedo a los truenos y a las tormentas

Cuando haya tormentas, cierra rápidamente los cristales de la ventana. Deja que tu hijo pueda ver la lluvia y cuenta con él los relámpagos aparecen en el cielo. Siéntate a su lado y explícale la verdadera naturaleza de los fenómenos: el por qué de la lluvia, de los relámpagos, del ruido de los truenos, etc. Y, sobre todo, déjale claro que esos fenómenos son naturales, pasajeros y no hacen daño alguno.

Miedo a los animales

Es muy normal que un niño sienta miedo cuando se le acerca algún animal que no conoce. Las distancias deben reducirse muy lentamente, sin que el niño se sienta forzado a ello. Sería conveniente que, desde una edad temprana, ayudaras a tu hijo a familiarizarse con los animales, enseñándole fotografías, contándole cuentos de animales o visionando documentales sobre su vida y comportamiento. El proceso es lento y se debe tener mucha paciencia. Acércate a un perro, por ejemplo, y acaríciale. Luego propón a tu hijo que haga lo mismo, pero cuando le apetezca. Es importante que enseñes a tu hijo que antes de tocar a algún animal desconocido, se debe pedir permiso a su dueño. Sólo él podrá decirte si puedes acercarte o no al perro.

Miedos nocturnos

Hay niños que sólo consiguen conciliar el sueño en compañía de sus padres o en su cama. El miedo a dormir solo puede estar relacionado a otros miedos. Si tu hijo sufre de pesadillas, acércate a calmarle y reconfortarle hasta que se tranquilice. No adelantarás nada si acudes nerviosa. Háblale del tema y dale muchísimo cariño. El miedo no es motivo de preocupación, siempre que observes que no interfiere en el desarrollo normal de tu hijo. Pero si alguno de sus miedos impide al niño hacer una vida normal, es probable que necesite apoyo psicológico.


Fuente consultada:
Colaboración del Centro de Educación y desarrollo de la infancia, de la Universidad de Illinois - EEUU

VACUNA CONTRA VARICELA

Como muchos sabréis , se están dando un pequeño número de casos de varicela en nuestra localidad . Con lo que aumenta la preocupación de muchos padres porque sus hijos puedan contagiarse. Os recuerdo que actualmente no disponemos de vacunas y la prohibición de administrar dichas vacunas , como no sea según el protocolo de vacunación marcado tanto por el Ministerio de Sanidad , como por la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha.
Como muchos han vuelto a preguntar por la vacunación os dejo un artículo que ha sido publicado en el mes de Noviembre de 2014 , sobre un estudio sobre la eficacia de la vacuna contra varicela.
Ante todo recordaros que la varicela ha sido y sigue siendo una enfermedad característica de la infancia , y que en escasa ocasiones se complica , a pesar de las molestias normales que puedan sufrir vuestros hijos . Recordaros también que disponéis de más información acerca de la varicela en esta misma pestaña.

La vacunación rutinaria del virus varicela-zóster reduce la incidencia de varicela grave, sin alterar la de herpes zóster grave

Resumen Estructurado
Objetivo: describir la evolución de las formas graves de infección por el virus varicela-zóster (VVZ) entre 2005 y 2010 tras el inicio de la vacunación sistemática en España en 2006. Evaluar posibles diferencias entre vacunar solo a los adolescentes sanos susceptibles (vacunación de adolescentes [VA]) o a todos los lactantes de 15-18 meses (vacunación de lactantes [VL]).

Diseño: estudio de cohortes poblacional retrospectivo.

Emplazamiento: hospitales públicos españoles recogidos en el Conjunto Mínimo Básico de Datos (CMBD) del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

Población de estudio: población española.

Evaluación de la intervención: para comparar las dos estrategias  de vacunación (VL y VA) se consideraron por separado las poblaciones de las cuatro comunidades autónomas (CC. AA.) en las que se estableció VL (Madrid, Navarra, Ceuta y Melilla) y las del resto de CC. AA., que instauraron VA. Se incluyeron también en el análisis los datos referentes a los años anteriores a la comercialización de la vacuna (publicados en un estudio previo).

Medición del resultado: se ha medido la incidencia poblacional de varicela grave mediante la tasa anual de hospitalizaciones por este motivo (recuento anual de hospitalizaciones dividido entre la población anual en riesgo). Los datos se han recopilado del CMBD. Se ha estratificado por edades: menores de cinco años, de cinco a nueve años y mayores de nueve años para ingresos por varicela; y menores de 50 años, de 50 a 54, de 55 a 59, de 60 a 64, de 65 a 69, de 70 a 74, de 75 a 79, de 80 a 84 y mayores de 84 años, para los ingresos por herpes zóster (HZ). El análisis se ha realizado ajustando un modelo especial de regresión multivariable de Poisson, llamado de “diferencias en las diferencias”, que modeliza las diferencias entre dos o más cohortes (por ejemplo, grupo de tratamiento y grupo control), en diferentes periodos de tiempo. La variable de resultado es la tasa (densidad de incidencia) en cada comunidad autónoma para cada año del seguimiento, y las variables explicativas son tres: una variable binaria que identifica a las CC. AA. que se decidieron por VL, para evaluar su efecto frente a VA; una variable binaria que separa la serie en dos periodos, el previo y el posterior a 2006 (fecha de inicio de la vacunación), e identifica el efecto que induce la decisión de vacunar frente a no vacunar; y la variable de interacción de las otras dos. Las tres variables explicativas resultaron significativas para el modelo. Todas las tasas, para cada grupo etario, se expresan por 100 000 habitantes/año.

Resultados principales: la decisión de vacunar disminuye la tasa anual de incidencia de hospitalizaciones por varicela, que cayó significativamente (p = 0,036) en toda la población española, desde 4,53 en 2005 hasta 2,95 en 2010. El efecto principal se observa en los niños <5 años: desde 46,77 (intervalo de confianza del 95% [IC 95]: 43,81 a 49,73) hasta 26,55 (IC 95: 24,50 a 28,60). Comparada con la VA, en seis años la VL reduce a la mitad la densidad de incidencia de varicela grave (se multiplica por un factor de 0,54 [IC 95: 0,39 a 0,77]). Así, en las 15 CC. AA. que adoptaron VA, la tasa se redujo un 37%, desde 5,12 (IC 95: 4,87 a 5,35) hasta 3,22 (IC 95: 3,04 a 3,40). En las cuatro CC. AA. que se decidieron por la VL, cayó un 78%, de 6,77 (IC 95: 6,14 a 7,40) a 1,46 (IC 95: 1,18 a 1,74). Este efecto se vio principalmente en menores de cinco años.
No se detectó que la decisión de vacunar ni el tipo de estrategia vacunal influyeran en la tasa anual de incidencia de hospitalizaciones por HZ (p = 0,794), que se mantuvo constante para toda la población durante los seis años del estudio alrededor de 10,33. En el grupo de los mayores de 84 años sí hubo un incremento significativo desde 53,73 (IC 95: 51,94 a 55,52) antes de 2006 hasta 97,68 (IC 95: 91,62 a 103,73) en 2010.

Conclusión: la vacunación sistemática de varicela de los adolescentes (10 a 14 años) sanos susceptibles reduce en seis años la incidencia de varicela grave. Este efecto beneficioso se duplica en caso de  vacunar además a todos los lactantes de 15-18 meses. El efecto principal se observa en niños menores de cinco años. La incidencia de herpes zóster grave se mantiene estable en la población general, pero sigue una importante tendencia ascendente en los mayores de 84 años.

Conflicto de intereses: no existe.

Fuente de financiación: Fondo de Investigaciones Sanitarias. Uno de los autores ha sido becado parcialmente por la Fundación Caja Madrid.

Comentario Crítico

Justificación: la vacuna para varicela en sujetos sanos ha demostrado disminuir las hospitalizaciones y los fallecimientos en relación con el VVZ. El Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría recomienda la administración universal en dos dosis, a los 12 y a los 24 meses de edad1. En España existen 19 calendarios vacunales distintos. En la propuesta de unificación del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad para 2014 se opta por vacunar a los 12 años de edad solo a los niños que no hayan pasado la enfermedad. Este estudio es enormemente pertinente, pues analiza el impacto de las dos estrategias vacunales en España.

Validez o rigor científico: la pregunta de investigación está claramente planteada. La medición de la exposición y su efecto parece independiente y ciega. Hay una adecuada precedencia temporal de la vacunación sistemática sobre las hospitalizaciones y hay un tiempo de seguimiento suficiente para que el efecto aparezca. No se registra la cobertura vacunal anual en las distintas CC. AA. ni se incluye este dato en el modelo estadístico, tampoco las tasas globales de hospitalización por cualquier causa. Podría tener importancia conocer, en las CC. AA. con estrategia de VA, la tasa de vacunación a lactantes autofinanciada por las familias. La variable hospitalización es adecuada para evaluar enfermedad grave por VVZ, aunque sería interesante tener también datos sobre neuralgia postherpética, patología muy invalidante y duradera.
Podrían plantearse problemas de representatividad en la muestra. No se especifica de dónde se han obtenido los datos de las poblaciones anuales de las diferentes CC. AA. (denominador de las tasas). En un artículo previo del mismo grupo sobre el mismo tema2 se obtuvieron de las proyecciones del censo de 1998-2004 ajustadas al 97,7% de la población cubierta por los hospitales incluidos en la base de datos del CMBD, por lo que es probable que esa sea la fuente de estos datos. También se desconoce si la distribución por edades de la población registrada en el CMBD es idéntica a la de la población del censo y entre las distintas CC. AA. Se desconocen las pérdidas por casos mal codificados o ingresados en centros privados (hasta un tercio de las camas hospitalarias en España3). El manejo de la confusión se ha realizado adecuadamente mediante el modelo multivariable de regresión de Poisson. Sin embargo, no se dan datos sobre el grado de sobredispersión del modelo, factor fundamental para la validez. A pesar de todo, las conclusiones del trabajo parecen robustas. El efecto de la vacuna es muy importante y, además, la investigación se ha realizado aprovechando una coyuntura excepcional en nuestro país.

Importancia clínica: el efecto de la vacuna sobre la hospitalización por varicela parece muy relevante y es mucho mayor con VL que con VA. Los datos son congruentes con la literatura internacional sobre el tema, en un estudio en Canadá4, cuyo calendario incluye la vacuna universal a los 12-15 meses, también se encontró un descenso importante en los ingresos por varicela, especialmente en los menores de cinco años (83%).
La reexposición continuada al VVZ circulante, al reactivar la respuesta inmunitaria, podría proteger a los ancianos del HZ (hipótesis del boosting exógeno). Por ello es posible que la vacunación universal aumente la incidencia del HZ en ancianos. Una revisión sistemática reciente concluye que este fenómeno existe, aunque es muy heterogéneo y difícilmente cuantificable5. En el presente estudio se objetivó un aumento muy significativo (casi del doble) de ingresos por HZ en mayores de 84 años, aunque la relación de causalidad con la vacuna no se ha podido acreditar, entre otros motivos, porque aumentan las hospitalizaciones por todas las causas en ese grupo de edad. En EE. UU. se ha observado un aumento progresivo de incidencia de HZ en mayores de 65 años desde antes de la introducción de la vacuna en el calendario, sin que la vacunación universal supusiera un punto de inflexión en esa tendencia6. En este estudio no se analizan costes. En otros, la vacuna solo parece coste-efectiva si se asume que no se asocia a un aumento del HZ7.

Aplicabilidad en la práctica clínica: la estrategia de VL parece efectiva. Debería plantearse una evaluación rigurosa de la eficiencia en España y su influencia sobre la equidad del sistema sanitario español, antes de proceder a la toma de decisiones.

Conflicto de intereses de los autores del comentario: no existe.
Cómo citar este artículo

Gimeno Díaz de Atauri A, Modesto i Alapont V. La vacunación rutinaria del virus varicela-zóster reduce la incidencia de varicela grave, sin alterar la de herpes zóster grave. Evid Pediatr. 2014;10:31.
Bibliografía
  1. Moreno-Pérez D, Alvarez García FJ, Arístegui Fernández J, Cilleruelo Ortega MJ, Corretger Rauet JM, García Sánchez N, et al en representación del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría. Calendario de vacunaciones de la Asociación Española de Pediatría: recomendaciones 2014. An Pediatr (Barc). 2014;80:55.e1-55.e37.
  2. Gil A, Gil R, Alvaro A, San Martín M, González A. Burden of herpes zoster requiring hospitalization in Spain during a seven-year period (1998–2004). BMC Infect Dis 2009;9:55.
  3. Catálogo Nacional de Hospitales 2011. Actualizado a 31 de diciembre de 2010. Ministerio de Sanidad, Politica Social e Igualdad.
  4. Waye A, Jacobs P, Tan B. The impact of the universal infant varicella immunization strategy on Canadian varicella-related hospitalization rates. Vaccine. 2013;31:4744-8.
  5. Ogunjimi B, Van Damme P, Beutels P. Herpes Zoster Risk Reduction through Exposure to Chickenpox Patients: A Systematic Multidisciplinary Review. PLoS One. 2013; 8: e66485.
  6. Hales CM, Harpaz R, Joesoef MR, Bialek SR. Examination of links between herpes zoster incidence and childhood varicella vaccination. Ann Intern Med. 2013;159:739-45.
  7. Bilcke J, van Hoek AJ, Beutels P. Childhood varicella-zoster virus vaccination in Belgium: cost-effective only in the long run or without exogenous boosting? Hum Vaccin Immunother. 2013;9:812-22.


Plagiocefalia Postural

Plagiocefalia postural: diagnóstico y tratamiento

La deformidad de la cabeza como consecuencia de estar apoyada siempre de la misma forma es una situación cada vez más frecuente. Detectada a tiempo tiene fácil solución con tratamiento postural y algo de “gimnasia”.
La plagiocefalia posicional o postural es una deformidad de la cabeza del bebé producida por una postura determinada que actúa modificando la forma de la cabeza del niño.

¿Cómo se diagnostica?
En la mayor parte de los casos, la simple exploración clínica y un análisis de los antecedentes del niño por parte del pediatra permitirá obtener un diagnóstico fiable.
Sin embargo, existen tres grupos de deformidades del cráneo que pueden crear dudas en cuanto al diagnóstico: 

(1) que se cierre una sutura de forma precoz
(2) la forma de la cabeza del niño prematuro, que se puede confundir con una malformación y 
(3) la plagiocefalia tanto de la parte anterior de la cabeza (frontal) como de la zona posterior (occipital) .
En el caso de que exista duda de si se trata de una plagiocefalia postural o una malformación del cráneo las pruebas a realizar son el TAC craneal y la reconstrucción tridimensional.
Debemos determinar con seguridad si nos encontramos ante un caso de deformidad postural, y por tanto ante un problema menor que solo precisa un manejo conservador y seguimiento, o ante una auténtica craneosinostosis, que requerirá un tratamiento quirúrgico con procedimientos intracraneales mayores.

¿Cómo se trata?
El tratamiento de la plagiocefalia postural consiste en una serie de medidas que deben ser escalonadas y adecuarse a la evolución y gravedad del problema: medidas posturales y de rehabilitación, técnicas de ortesis craneal (casco) y la reconstrucción quirúrgica en último lugar, que es excepcional.

Medidas posturales:
En general la mayoría de los bebés con plagiocefalia postural mejoran en 2 a 3 meses si se llevan a cabo medidas posturales adecuadas. Son los propios padres quienes deben realizar estos ejercicios al niño, para lo que han de ser instruidos adecuadamente por el pediatra o rehabilitador. Se recomienda:
  • Acostar al niño apoyando en el colchón la parte redondeada y mantenerlo en esta posición el máximo tiempo posible.
  • Cambios de posición lateral de la cabeza (que cada vez esté la nariz hacia un lado) mientras el niño duerme, con ayuda de la inclinación del colchón.
  • Cuando el niño está despierto y bajo supervisión, colocarlo boca abajo al menos unos 30-60 minutos diarios, pero vigilando que esté siempre despierto.
  • Cambiar la posición de la cuna de manera que el bebé tenga que rotar la cabeza hacia el lado contrario de la parte aplanada de la cabeza cuando intente mirar a los padres o a lo que le pueda llamar la atención dentro de la habitación.
  • Y, por supuesto, el tratamiento del tortícolis con adecuados ejercicios de estiramiento del cuello.
Ortesis cranales:
El tratamiento con ortesis craneal (bandas o cascos) puede ser adecuado en aquellos niños que no mejoren con las medidas de educación postural y fisioterapia. Existen diferentes tipos de bandas o cascos, pero sus resultados son similares. La respuesta más idónea a este tipo de tratamiento se obtiene a partir de los 4,5 o 5 meses de edad y hasta un límite de 12 meses. Llegado el año de vida el cráneo deja de ser susceptible de moldeamientos externos. En todo caso, y dado que este tratamiento es caro bien para las familias o, en el caso de que exista financiación pública, para la Administración, conviene sistematizar lo mejor posible su empleo.

Tratamiento quirúrgico:
El tratamiento quirúrgico debe reservarse para los niños afectados por una craneosinostosis verdadera (sinostosis lambdoidea) o bien para aquellos raros casos de deformidad grave persistente, en los que los tratamientos conservadores (fisioterapia y educación postural, casco) no hayan alcanzado el efecto deseado.

¿Qué pronóstico tiene?
Si se realizan las medidas recomendadas, la mayoría de los niños mejoran en 2 o 3 meses.
Si, a pesar del tratamiento postural, la deformidad no mejora o incluso empeora, se puede considerar la consulta a los 5-6 meses con un neurocirujano.
La deformidad postural no produce ninguna alteración neurológica que pueda afectar al cociente intelectual ni mientras sea un bebé ni en el futuro. O sea, que no afecta al cerebro ni a sus funciones.
Más información en nuestro artículo: La plagiocefalia postural