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viernes, 30 de mayo de 2014

Mi hijo toma poca leche

Alimentación de niños que toman poca leche

¿Es necesario tomar leche?
Todos los mamíferos pasamos por un periodo de lactancia exclusiva, seguido de otro en el que vamos probando otros alimentos, hasta que finalmente dejamos de mamar. Aunque a partir de entonces la leche no es indispensable, sigue siendo un excelente alimento, sobre todo como fuente de calcio. El calcio es necesario para formar los huesos y los dientes. La ingesta adecuada diaria de calcio va aumentando desde un mínimo de 200 mg en el recién nacido, hasta un máximo de 1300 mg entre los 9 y 18 años. Un litro de leche de vaca aporta 1200 mg.

Además de la leche, ¿qué otros alimentos contienen calcio?
Contenido en calcio de algunos alimentos
 
Hay muchos alimentos que contienen calcio. Son especialmente ricos en dicho mineral:

  1. Pescados: entre los blancos o poco grasos están la dorada, el besugo, el gallo y la lubina. Entre los azules ograsos el boquerón y las sardinas, que especialmente nos aportarán calcio si los comemos con sus espinas.
  1. Carnes: no hay ninguna especialmente rica en calcio. Por ejemplo, 100 g de un filete de ternera tiene 10 veces menos calcio que 100 g de leche.
  1. Yema de huevo.
  1. Verduras: las espinacas, el brécol y las judías verdes. La berza o los grelos contienen más calcio, pero son menos populares.
  1. Legumbres: la soja, las alubias, los garbanzos y, en menor medida, las lentejas. Con soja se elabora una bebida que, por su color blanco, se denomina ?leche? de soja (como la leche u horchata de almendras, o la de chufa). La leche de soja se parece a la de vaca en que ambas contienen una cantidad de proteínas similar, pero tiene poco calcio, a no ser que se le añada.
  1. Cereales: el trigo y, sobre todo, la avena.

  1. Frutas: las aceitunas, las naranjas, el kiwi y los higos.
  1. Frutos secos: las almendras y las avellanas.
En la tabla de la derecha vemos los miligramos aproximados de calcio por cada 100 gramos de varios de los alimentos que acabamos de mencionar.

¿Es la cantidad de calcio que contienen los alimentos lo único que importa?
No, también hay que tener en cuenta:
  1. La forma de cocinarlos. Una parte importante del calcio y otros nutrientes (vitamina C, hierro, etc.) se pueden perder durante el cocinado, en especial cuando se hierven mucho tiempo en agua y con el alimento troceado.
  1. La absorción en el intestino. El calcio de la leche se absorbe muy bien gracias a la lactosa. En el extremo opuesto está el calcio de algunas verduras, como las espinacas, que se absorbe mal debido a que contienen oxalatos. En un lugar intermedio podemos situar el calcio de las legumbres (sobre todo el de la soja) o el de la cáscara de los cereales (salvado), que se absorbe regular porque estos vegetales contienen fitatos.
  1. El depósito en los huesos. Para que el calcio absorbido se deposite bien en los huesos se necesitan dos cosas: vitamina D y ejercicio físico. La mayoría de la vitamina D que necesitamos se fabrica en nuestra propia piel, gracias a la exposición a la luz solar. Una persona de piel clara produce la suficiente exponiendo una pequeña parte de su piel (como la cara y brazos) durante pocas horas semanales a un sol moderado. Las personas de piel oscura y los que viven en países más cercanos a los polos necesitan más exposición solar. Conseguir suficiente vitamina D de los alimentos no es fácil, ya que los únicos ricos en ella son algunos pescados grasos. El huevo, la leche y el hígado de animales contienen cantidades discretas. Los vegetales carecen de vitamina D. Conviene saber que al quitar la grasa de la leche (productos ?desnatados?) no se pierde el calcio, pero sí las vitaminas D y A (la leche es rica en vitamina A).

¿Por qué no quiere leche mi hijo?
Aunque no es frecuente, algunos niños rechazan la leche. En muchos casos es simplemente porque no les gusta.
Por ejemplo, a algunos bebés que tomaron pecho largo tiempo no les gusta el biberón y a veces tampoco la leche de vaca. Este suele ser un rechazo transitorio. Otro ejemplo son los niños mayores que dejan de desayunar o de tomar leche o lácteos en la merienda, por lo que su ingesta diaria de calcio es difícil que alcance la recomendable.

De forma excepcional, algunos niños pueden rechazar la leche porque les sienta mal. Esto ocurre por dos motivos:

  1. Porque digieren mal la lactosa (intolerancia a la lactosa). La lactosa es el azúcar natural de la leche. Para digerirla, las células de la pared del intestino contienen una enzima llamada lactasa. La lactasa se pierde de manera parcial y transitoria en algunas diarreas intensas, especialmente en niños pequeños. También se pierde por otras enfermedades intestinales y, de forma natural, con la edad. Cuando un niño tiene intolerancia a la lactosa, un rato después de tomar leche o derivados (no de inmediato) puede tener nauseas, dolor de barriga y a veces diarrea. La frecuencia con que los adultos tienen síntomas de intolerancia varía mucho, siendo más frecuente en las personas de raza negra y en los asiáticos. Algunos consejos para que estas personas tomen suficiente calcio son:
Si con pequeñas cantidades de leche o derivados no tienen síntomas, no es aconsejable
eliminar por completo la lactosa, ya que su presencia favorece la absorción del calcio. Se les debe aconsejar:

1. Que sigan tomando leche normal, pero en pequeñas cantidades. Si les apetece mayor
cantidad de una vez, pueden usar leches comerciales bajas en lactosa.

2. Que tomen más leches fermentadas (yogur, kéfir) o queso, porque contienen menos
lactosa que la leche y los tolerarán mejor.

Si incluso con pequeñas cantidades tienen síntomas, hay leches comerciales sin lactosa.
También pueden comprar lactasa, que se añade en la leche o se toma a la vez que derivados lácteos o alimentos que contengan leche.
En ambos casos deben procurar comer otros alimentos ricos en calcio.

    2. Porque tiene alergia a las proteínas de la leche de vaca. La alergia comienza casi siempre en los bebés cuando se les empiezan a dar los primeros biberones de leche adaptada (la leche adaptada se prepara con leche de vaca). Inmediatamente después de tomar el biberón, el niño puede empezar con hinchazón de los labios y la cara, manchas rojas y habones con picor en cualquier parte del cuerpo, nauseas o vómitos, dolor abdominal y otros síntomas. Las manchas y habones pueden también salir simplemente por el contacto de la piel con la leche. Estos niños deben evitar por completo la leche de vaca, sus derivados y cualquier alimento que contenga proteínas lácteas. Con la edad algunos pierden la alergia y pueden volver a tomar leche.

Alimentación en el Primer Año

Alimentación complementaria en el primer año del bebé

Los primeros meses solo leche. Después nuevos alimentos, poco a poco

Durante los primeros 6 meses de vida el bebé solamente necesita tomar leche. La materna es la mejor. Porque asegura un crecimiento adecuado, aporta defensas y contribuye al vínculo. Si no ha sido posible la lactancia natural se recurre a preparados para lactantes.
Después, además de la leche, el bebé debe tomar otros alimentos. Las frutas y verduras aportan vitaminas, minerales y fibra. Las carnes, pescados y huevos aportan proteínas y minerales como el hierro.

Las verduras y legumbres

Pueden utilizarse verduras frescas de temporada o congeladas. Se deben cocer con poca agua y mejor en olla exprés, para aprovechar mejor las vitaminas y minerales que se quedan en el caldo. Luego se trituran, añadiendo un poco de aceite y muy poquita sal.
También se pueden mezclar con arroz, lentejas o guisantes. No hace falta poner muchas verduras diferentes en cada comida. Es preferible que sean 2 o 3, en mezclas similares a las de la comida casera (guisantes con zanahoria y patata, patata con calabacín, garbanzos con calabaza, lentejas con zanahoria...).
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición recomienda no incluir acelgas ni espinacas en el puré antes del año. Si se hace, que sea en muy poca cantidad, conservando el puré en frigorífico si se van a consumir en el mismo día o, si no es así, congelándolo hasta su uso.
Conviene que el puré sea espeso, para que haya mucho alimento en poca cantidad de comida.
Las verduras cocinadas se deben guardar en la nevera si se van a consumir en el día o bien congelarlas si son para otro día.
No conviene dejarlas a temperatura ambiente.

Las frutas

Todas las frutas son buenas. Se puede empezar por una e ir añadiendo nuevas frutas. Aportan vitaminas y fibra.
Se puede triturar o aplastar una sola o varias clases diferentes, según el gusto del bebé. No es necesario, pero hay quien añade cereales o galletas. No se recomienda poner azúcar, miel, ni leche condensada.
Algunos bebés prefieren chupar y roer la fruta en trozos, sobre todo a partir de los 8-9 meses, que ya los pueden coger con la mano o comer trocitos pequeños.
Los bebés pueden tomar un poquito de zumo, recién hecho, con vasito y es preferible ofrecerles pequeñas cantidades.
Se recomiendan los zumos naturales caseros.

Las carnes, pescados y huevos

La carne se cuece junto con las verduras a partir de los 6 meses. Se puede utilizar pollo o pavo (sin piel), cordero o ternera. El cerdo se dará un poco más adelante, preferiblemente partes con poca grasa.
El pescado puede ser fresco o congelado, blanco o azul. Puede sustituir a la carne en el puré de verduras. Muchos bebés prefieren saborearlo desmenuzado con los dedos.
¡Atención a las espinas!
El huevo se introduce cocido, primero la yema. La clara y el huevo entero un poco más tarde. Se puede añadir a los otros alimentos, en puré o troceado.

Los cereales

Hay cereales sin gluten (arroz y maíz) y cereales con gluten (trigo, avena, cebada y centeno). Se suele comenzar por los cereales sin gluten. Los cereales con gluten es conveniente darlos sobre los 6 meses, al principio en pequeñas cantidades.
Los preparados comerciales con cereales en polvo se pueden disolver en la leche del biberón, preparar en papilla con leche o añadir a otros alimentos. Los bebés que toman el pecho no necesitan tomar cereales con leche artificial. Se pueden añadir a la fruta o a los purés.
También se pueden dar añadiendo pasta al puré (fideos, sémola, algún macarrón) o dándole a mordisquear una galleta o un trozo de pan.
Mejor que no lleven cacao, ni miel añadidos.

Los lácteos

No deben tomar leche de vaca durante el primer año, pero no quiere decir que no la puedan probar.

¿Potito, puré o guiso casero?

Es mejor apostar por las comidas hechas en casa. Las normales que todos suelen tomar: potajes, guisos,
legumbres, menestra, pisto, carne en salsa? Si la meta es que a los 12 meses ya coma de todo y como todos? Es mejor que se acostumbre pronto. Además los bebés siempre tienen mucho interés por la comida que toman sus padres.

En resumen:

  1. Recordar que alrededor de los 6 meses se pueden ir dando nuevos alimentos poco a poco, y que hacia el año ya deben haber probado de todo.

  2. Es recomendable permitir que el bebé tome la iniciativa y coma alimentos de los demás miembros de la familia.

  3. Es preferible utilizar alimentos cocinados en casa y que el niño vaya comiendo poco a poco los platos caseros.

  4. Los padres ofrecen los alimentos adecuados, pero la cantidad que toma la decide el niño. Nunca hay que forzarles a que coman o terminen lo que hay en el plato.

  5. No es necesario añadir apenas sal ni azúcar a la alimentación del bebé en el primer año.

  6. Hay que tener cuidado con no ofrecerle trozos grandes o de consistencia dura, para prevenir que se atragante.

  7. La batidora no es imprescindible. Aunque es práctica para hacer purés se debe abandonar al cumplir 1 año de edad.

jueves, 29 de mayo de 2014

VARICELA

 

Consejos para tener en cuenta sobre la varicela

Con la llegada de la primavera es frecuente la aparición de brotes de infección por virus de varicela , enfermedad característica de la infancia y de evolución habitualmente banal para los niños , aunque no exenta de complicaciones.

Debido a la controversia que se ha generado con respecto a la vacunación de varicela en la edad infantil , generada entre el Ministerio de Sanidad y los profesionales sanitarios , ha quedado relegada a la prevención de padecer esta enfermedad en la edad adulta y por lo que la vacunación solo se llevará a cabo en aquellos niños de 12 años que no hayan padecido la enfermedad y que no hayan sido vacunados con anterioridad.

La consideración general , es que el padecer la enfermedad proporciona a la población infantil , y a posteriori en la edad adulta , una inmunización más completa que la que pudiera producir su vacunación. 

Paso ha dejaros unas recomendaciones generales sobre los cuidados que podeis proporcionar a vuestros hijos en caso de padecer dicha infección.


Es una infección eruptiva muy frecuente en los niños.

El virus que la produce, llamado varicela-zoster, se adquiere usualmente en la infancia y permanece “dormido” o latente en el organismo por el resto de la vida.

En edades avanzadas puede “despertarse” o reactivarse, y producir “culebrilla”, enfermedad médicamente conocida como herpes zoster.

Síntomas

La varicela se manifiesta con fiebre y decaimiento, seguido de la aparición de una erupción. Se trata de pequeñas ampollitas de aspecto perlado acompañadas de picazón, que aparecen inicialmente en la cara y cuero cabelludo, y luego se distribuyen en todo el cuerpo. Estas lesiones tienden a secarse y formar costras que luego caerán sin dejar cicatriz.

El período de incubación (desde el momento del contagio hasta la aparición de síntomas) es de aproximadamente 15 días.

Vías de contagio

De persona a persona, a través de la vía aérea (desde 48 horas antes de la erupción) por medio de pequeñas gotas que se desprenden al toser o al hablar.
Por contacto con las lesiones desde el comienzo de la erupción hasta la etapa de costra, momento en que las lesiones dejan de ser infectantes.


Tratamiento

En la mayoría de los casos, es suficiente mantener a los niños cómodos mientras sus propios cuerpos combaten la enfermedad. Los baños de avena ( sobres de avena colidal para baño ) en agua tibia proveen una cubierta costrosa y reconfortante sobre la piel.

Las lociones pueden ayudar a aliviar la picazón ( Talquistina , Ictiomen , Eau Thermale spray ....

Para tratar la fiebre puede utilizarse paracetamol.

No utilice aspirina para tratar los síntomas asociados con la varicela. Puede provocar síndrome de Reye, una grave enfermedad que afecta al hígado y al cerebro y puede ser causa de muerte.

Para las personas con riesgo de desarrollar complicaciones graves, el médico puede recomendar aciclovir (un medicamento de prescripción utilizado para tratar las infecciones virales).

Después de la exposición al virus de la varicela puede administrarse inmunoglobulina varicela-zoster (IGVZ) para reducir su gravedad en personas que corren el riesgo de desarrollar complicaciones graves.

Complicaciones

Las mujeres que contraen varicela durante el embarazo están en riesgo de una infección congénita del feto.

Los recién nacidos están en riesgo de infección grave si están expuestos y sus madres no son inmunes o si ellas tuvieron varicela 5 días antes o 2 días después del parto.

El rascado de las ampollas puede dar lugar a que se infecten. Recorte bien las uñas para reducir las infecciones secundarias y la cicatrización.

El virus de la varicela puede provocar neumonía y encefalitis (infección del cerebro)- Afortunadamente son complicaciones poco frecuentes.

En ocasiones, la varicela puede originar la muerte, en particular cuando afecta a adultos o a personas con deterioro de la inmunidad.

Vacunación

Actualmente no disponible en farmacias

Es altamente eficaz y produce mínimos efectos adversos.

Se puede administrar a partir del año ( pero desaconsejada por el Ministerio de Sanidad )

Se puede aplicar dentro de los primeros 3 días de la exposición al virus, para prevenir la infección.

Recomendaciones

Los niños con varicela deben recibir su baño o ducha higiénico diario sin raspar ( no frotar con esponjas ni con toalla ) las lesiones al secarse.

No enviarlos a guarderías o a la escuela hasta que todas las lesiones se hallen en etapa de costra (esto habitualmente ocurre a partir del sexto día de la erupción; si la erupción es leve, probablemente ocurre antes).

¿Qué hacer ante el contacto con un caso de varicela?

Si una madre o maestra embarazada tiene contacto estrecho con un caso de varicela y no recuerda haberla contraído en la infancia, debe efectuar una consulta médica por un especialista inmediatamente. De esta forma, en caso de ser susceptible, se podrán tomar las medidas adecuadas para prevenir complicaciones.

Los niños sin trastornos inmunitarios (sin alteraciones de las defensas), que hayan estado en contacto escolar o social con un caso de varicela, no requieren ninguna medida preventiva especial.

Los compañeros de guardería o jardín que presenten alguna deficiencia inmunitaria (por ejemplo, chicos bajo tratamientos oncológicos, o en tratamiento con corticoides) deben consultar inmediatamente al médico a fin de tomar las medidas preventivas que correspondan. En estos casos, la varicela puede tener mayor gravedad y complicaciones.

Otras personas en las que la varicela puede ser más severa son las mayores de 16 años. Es conveniente que consulten al médico aquellos que conviven con un niño con varicela y que no recuerden haberla tenido en la infancia. Es posible, mediante un análisis de sangre, determinar si es susceptible o no, y en caso afirmativo, evaluar la administración de antivirales específicos para atenuar la enfermedad.

Calendario Vacunal AEP 2014